LA IZAKAYA

filosofia de una izakaya japonesa

 
Las puertas de Katsu están siempre abiertas, como el espíritu de kaihō (開放): abiertos hacia nuevas experiencias y sabores. 
En nuestra taberna japonesa, invitamos a cruzar esta puerta y descubrir un mundo donde lo tradicional y lo nuevo se encuentran.
Como dice el proverbio japonés, ‘El que nunca se aventura, nunca cruza el mar’.
 
Nos enorgullece ser mucho más que un restaurante japonés: somos una familia unida por nuestra pasión por la cocina japonesa y la fusión gastronómica.
Cada bocado que pruebas en nuestro restaurante es el resultado de horas de trabajo y amor por la cocina. Pero lo que realmente nos emociona, es la oportunidad de compartir esta experiencia contigo. En KATSU, no solo encontrarás comida deliciosa, sino también un ambiente cálido y acogedor donde siempre serás tratado como parte de la familia.

NUESTRO LOCAL en almeria

¿Aún no conoces el increíble local de KATSU Izakaya? Adéntrate en nuestro espacio único y déjate llevar por la auténtica esencia de un Izakaya japonés en el corazón de Almería.
Descubre detalles cautivadores en cada rincón y las impresionantes obras de arte que adornan nuestras paredes.

Umami, destino y fuego lento: ¡¡bienvenidos a Katsu Izakaya!!

Hay lugares que no se descubren. Te descubren a ti.

Esto es Katsu izakaya. Una puerta discreta en el centro de Almería. Un nombre que parece susurrarte algo. Un aroma que no sabes si viene de la cocina o de la memoria. Allí cocinan dos alquimistas del sabor: Héctor García y David Papis. Pero más que cocineros, son guardianes de una leyenda. Ellos no preparan platos, tejen destinos. Cada ingrediente, cada gesto, cada textura está impregnado de Ikigai: su propósito. Y de Shokunin: la obsesión sagrada por hacer las cosas bien, por devoción.

En Katsu, el umami no es solo un sabor. Es un llamado. Un eco interior que te dice: aquí, ahora, esto es lo que importa.

Sus platos no buscan impresionar. Buscan resonar. Como ese brioche de gambas que parece tener alma. O ese caldo de ramen que se cuece durante mas de 12 horas, como si el tiempo también necesitara saborear.

Y entonces, ocurre la magia.

Porque entre sorbos de sake y bocados de silencio, sucede lo inesperado: un reencuentro, una confesión, una sonrisa que no sabías que necesitabas. El destino, dicen en Japón, se teje con hilos rojos invisibles. Y aquí, cada mesa parece ser un nudo en esa red invisible.

Esto no es solo un restaurante. Es un templo de lo esencial. Donde comer es honrar la vida. Donde los sabores activan recuerdos que aún no has vivido. Donde el Umami no entra por la boca, sino por el alma.

Bienvenidos a Katsu Izakaya.

Un lugar donde quizás… ya estabas destinado a estar.